Los 15 tipos de yoga en 2025: guía honesta para elegir sin tragarte el marketing

Esto me llamó la atención porque cada enero vuelven las mismas dudas en clase: “¿Empiezo con Vinyasa o con Yin?”, “¿El calor ‘desintoxica’?”, “¿Iyengar es solo para lesionados?”. La nueva lista de los 15 tipos de yoga promete claridad, pero entre reclamos de detox, híbridos creativos y hype digital, hace falta una brújula con criterio yogui (y un pelín de escepticismo).

Los 15 tipos de yoga (2025): qué importa de verdad y qué es puro marketing

  • El calor no “desintoxica”: tu hígado y tus riñones ya hacen esa parte. El hot yoga sirve para movilidad y tolerancia al esfuerzo, no como limpieza mágica.
  • Para longevidad articular, Iyengar, Yin y Restorative son oro. No son “fáciles”: trabajan tejidos y sistema nervioso de forma profunda.
  • Ashtanga y Power rinden si estructuras progresión y descanso. Sin periodización, vienen las sobrecargas (lo digo por experiencia propia y de alumnos).
  • La mezcla con Pilates y HIIT funciona cuando hay método. “Fusion” sin pedagogía = core cansado, no más fuerte.

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Publisher|Tenant 6
Release Date|2025
Category|Guía comparativa de estilos de yoga
Platform|Web
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La lista acierta al poner Hatha como base. Si estás empezando o vuelves de una pausa, un ciclo de 6-8 semanas de Hatha te da vocabulario corporal, respiración y paciencia. Desde ahí, Vinyasa brilla por su plasticidad: puedes tener un flow suave, técnico, o un sudoroso “power flow”. Mi recomendación: busca profes que programen (no solo “improvisen”) la progresión de posturas y cargas.

Ashtanga sigue siendo la escuela del compromiso. El sistema de series fija estándares claros y desinflama el ego porque avanza cuando el cuerpo está listo, no cuando la playlist sube. Si puedes, prueba una sala Mysore: la atención individual cambia el juego. Eso sí: introduce días de descarga (1-2/semana) y acompasa con trabajo de movilidad -aquí Pilates de suelo es un gran aliado para la estabilidad lumbo-pélvica.

Iyengar es el estilo que más malinterpretamos. No es solo “para mayores” ni “aburrido”: es ingeniería aplicada al asana. Los props democratizan la práctica y permiten lecturas finas de la alineación. En 2025, verás más clases online con set-ups detallados; invierte en dos bloques y una correa decente, y prepárate para transformar tus inversiones y extensiones.

Sobre el calor: Bikram y el hot yoga genérico no son lo mismo. Bikram es un método cerrado de 26 posturas en 40°C; el hot flow es una categoría abierta. Si eliges sala caliente, hidrátate, modula la intensidad y recuerda: sudar más no significa “eliminar toxinas”. Úsalo como estímulo de movilidad y tolerancia al calor, no como dogma detox.

Yin y Restorative suben puestos porque vivimos acelerados. No confundir: Yin estresa de forma suave y sostenida los tejidos conectivos (largas permanencias con edge tolerable); Restorative busca que no haya esfuerzo alguno para activar parasimpático. Son complementos perfectos si haces Vinyasa, Ashtanga o Power tres veces por semana. En mi agenda y en la de muchos profes serios: al menos una sesión Yin o Restorative semanal.

Kundalini, Jivamukti y Sivananda recuerdan que el yoga no es solo fitness. Mantra, filosofía y ética importan, pero filtra el carisma: el linaje no sustituye el criterio. Pregunta por formación y seguridad (especialmente en respiraciones intensas) y observa cómo te sientes 24 horas después, no solo al salir eufórico de clase.

Aerial y la etiqueta “Fusion” son divertidas puertas de entrada. Aerial descarga articulaciones y desbloquea miedo a las inversiones; Fusion con Pilates o barre aporta fuerza funcional si hay progresión real (rangos, repeticiones, descansos). Señal verde: profes que explican por qué se combina y cómo se mide el avance. Señal roja: clases que prometen “todo a la vez” cada día.

¿Novedades 2025? VR y plataformas con IA pueden motivar y personalizar horarios, pero ninguna app te corrige el sacro en una torsión. Úsalas para constancia y registro, y reserva tiempo para práctica guiada en vivo (aunque sea mensual) donde alguien te observe y ajuste con criterio.

Qué significa esto para ti (y cómo elegir bien)

  • Define objetivo por ciclos de 8-12 semanas: fuerza y calor (Power/Ashtanga/Vinyasa), precisión y longevidad (Iyengar/Hatha), regulación del sistema nervioso (Yin/Restorative/Nidra), vía espiritual (Kundalini/Jivamukti/Sivananda).
  • Mantén 1-2 días de descarga y una sesión lenta semanal. El progreso sin recuperación no es progreso, es lotería.
  • Props no son “trampa”. Son inteligencia. Bloques, correa y bolsters amplían opciones y seguridad.
  • Si haces Pilates, úsalo para core y control respiratorio; te dará estabilidad en balances y transiciones de Vinyasa.
  • Desconfía de promesas milagro: “detox”, “anticelulitis”, “posturas avanzadas en 30 días”. El yoga serio vende proceso, no magia.

TL;DR

La lista de los 15 estilos es un buen mapa, pero el terreno eres tú. Calor no limpia, props empoderan, y la mezcla con Pilates funciona si hay método. Elige por ciclos, combina un estímulo fuerte con uno restaurativo, cuestiona el hype y prioriza profes que programan, observan y ajustan. Tu práctica de 2025 debería sentirse sostenible, no heroica.

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